Cada año se elige un tema de interés prioritario para la salud pública mundial.
Ese tema, este año, es el de la hipertensión.
Esta enfermedad no tiene ningún límite en el que se pueda establecer estado de riesgo ni de seguridad, por lo que es bastante ambigua.
La hipertensión arterial se asocia a tasas de morbilidad y mortalidad sumamente altas (sobre todo en países desarrollados), ya que aunque en sí no tenga límites de riesgo y seguridad, puede provocar enfermedades cardiovasculares (ataques cardiacos, ictus...) si no se trata a tiempo.
Las mujeres son menos proclives a desarrollar estas enfermedades durante la estancia de la menstruación, pero cuando inician la menopausia, son igual de propensas que los hombres.
Las causas más comunes de enfermedades vasculares son el consumo de tabaco, la falta de actividad física y una alimentación poco saludable.
Si tú realizas alguna o varias de estas actividades, no dudes en consultar a un profesional sanitario para que te mida la tensión arterial. Si resulta que eres hipertenso, el profesional te dará una serie de pautas para reducir este exceso, aquí te dejamos algunas más:
- Incrementar la actividad física.
- Mantener un peso adecuado a la edad, la estatura y el sexo.
- Reducir el consumo de alcohol, no consumir más de 30 ml de etanol que equivale a 2 latas de cerveza, dos copas de vino o un quinto de vaso de whisky. ¿No es para tanto, verdad? Las mujeres deberán reducir su ingesta de alcohol a la mitad de estas cantidades.
- Reducir el consumo de sodio y consumir más potasio, es decir, menos sal, y más platano.
- Consumir una dieta rica en frutas y vegetales, lácteos bajos en grasa, y, definitivamente, ¡nada de grasas saturadas!
- Privarse del tabaco.
- Controlar la glucemia, sobre todo si padeces diabetes.
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